jueves, 29 de octubre de 2015

Marketing Solidario




Pienso que el concepto "marketing" tiene una imagen social y colectiva bastante desfasada en los últimos tiempos y que no le favorece demasiado en la actualidad. Ya entrado el s.XXI, el nuevo paradigma apunta a una comunicación más humana y más honesta. Ojo a los que quieren escapar de esta tendencia porque tarde o temprano se les va a ver el plumero. Y es que el concepto "marketing" también está en continua evolución a la par que va evolucionando la conciencia humana.
Como he dicho en otros artículos el marketing se ha convertido ya en sí mismo en todo un sistema tan complejo que supera la idea de aquello de oíamos decir como "es puro marketing", "nos venden humo" o "saberse vender". Los consumidores cada vez tenemos más poder, estamos más conectados y disponemos de más información que hace apenas 5 o 6 años, y cuando quedamos insatisfechos o nos sentimos estafados en el consumo de algún bien o servicio ya tenemos a nuestro alcance a SS.MM. Las Redes Sociales para expandir públicamente tanto nuestro descontento como nuestra satisfacción. Una queja expandida, puede dañar considerablemente nuestra reputación, nuestra marca y nuestro marketing personal; igual ocurre con una buena impronta empírica que podemos provocar en otras personas, sobre lo qué hacemos y cómo lo hacemos.

Y, yendo más allá... algo que, simplemente funciona y enriquece potencialmente nuestra marca personal, es colaborar, con otras personas, por otras causas...

Co-laborar... bonita palabra que viene del latín collaborare y que significa "trabajar juntos en un proyecto". Colaborar siempre sienta bien, entre otras cosas porque nos hace sentir útiles más allá de nuestros presuntos intereses y por que estamos creando algo con más personas en beneficio de una comunidad más grande a nuestros círculos de influencia inmediatos. Colaborar, por ejemplo, en actividades benéficas o solidarias para que otras personas dispongan de recursos que les aporte mejoras en su calidad de vida, esto es una labor que le da todavía más sentido a nuestro hacer. Hablo del Marketing Solidario.



"Yo hago lo que usted no puede y usted hace lo que yo no puedo.
Juntos podemos hacer grandes cosas" 
Madre Teresa de Calcuta 

 
Hace algo más tres meses me hicieron una oferta que no pude rechazar. 
Juan Antonio García,  me llamó dos días después de haber asistido a mi primera tertulia en un conocido café de Valencia, con el pretexto de presentarme a Abrahán Guirao , un tipo muy poco habitual, con una mente abrumadoramente creativa que lleva su propia misión personal: recaudar fondos para la investigación de una enfermedad rara que lleva padeciendo su familia desde hace ocho generaciones. Antes de conocer a dicha persona, yo ya había dicho el "Sí, quiero". 

Que alguien cuente conmigo para contribuir a una causa, más allá de mi labor y que puede beneficiar a millones de vidas en un futuro, ha sido todo un reto para mí ("Glups!"), al tiempo que un honor y una oportunidad para vencer mis propios límites. Que le llamen a una para colaborar, no por lo que tiene, sino por lo que sabe hacer, es uno de los placeres más emocionantes que he sentido en los últimos meses.  

Hay tantas causas en las que participar, y tantas maneras de hacerlo que cualquiera puede aportar su granito de arena a la asociación u ONG que considere.

Posiblemente practicar el Marketing Solidario no aumente las ventas (al menos a corto plazo) pero sí que potencia positivamente nuestra reputación y favorece nuestra marca personal. Yo al menos estoy ganando mucho con esta experiencia, he ganado dos amigos y muchas posibilidades de seguir haciendo actividades en pro de la asociación para la cual me han liado (y me he dejado liar): Asociación Conquistando Escalones.



Y así, me pondré a prueba una vez más, coordinando una tertulia sobre cómo vencer nuestro propios limites... yo, saliendo de mi zona de confort para provocar que otros se atrevan a salir de la suya.

Como rezaba un slogan de un evento benéfico que en su momento coordinó una de mis compañeras de viaje: 

"Juntos llegamos más lejos" 
Mónica Lucas


Es algo a tener en cuenta y que desde aquí propongo que se incluya en el propio plan de marketing personal, simplemente porque funciona, y funciona muy bien para ir haciéndonos también nuestro hueco en el mercado: un apartado para contribuir y colaborar en grandes causas. Hay tanto por hacer... y mucho está en nuestras manos.
Gracias por leerme.


miércoles, 14 de octubre de 2015

Coaching para adolescentes



Hace a penas tres meses me llamó una mamá buscando un/a coach especialista en adolescentes, para "tratar" la falta de motivación académica de su hijo, D., que bien se auguraba que iba repetir curso.
Por ética profesional (y personal) fui muy honesta: "Bueno, aunque he llevado varios procesos de coaching y sí, tengo la titulación de Coaching con PNL, no soy experta en adolescentes... de hecho nunca he trabajado con ellos."
Nos entrevistamos al día siguiente con su hijo delante. Después de escuchar atentamente su situación, les expuse, sin tapujos y con toda la claridad y transparencia del mundo, cómo trabajo y qué herramientas o habilidades uso, con la intención de que vieran si yo pudiera contribuir a "solucionar" su "problema", o, tal vez, no fuera lo que estuviesen buscando. Y a otra cosa, mariposa.
Debió valorar positivamente mi postura (o simplemente le  gusté ;); o francamente estaba muy desesperada) y decidió "probar" conmigo. Se sentía ciertamente perdida ante los resultados académicos de D., su muestra de apatía y el síntoma de falta de motivación

Decidimos probar. Ellos conmigo y yo conmigo misma. Era todo un reto y al tiempo una oportunidad para aprender, descubrir y desarrollar mis nuevas habilidades. Salí de mi zona de confort, como quien no quiere la cosa, y emprendí la aventura ante un territorio totalmente desconocido para mí... o tal vez no tanto, a veces me cuesta distinguir dónde están los límites. Nunca antes me había planteado la labor como "coach" demasiado en serio, pero desde que empecé dos procesos paralelos con adolescentes, confieso que es una tarea que me fascina.  O son ellos, o soy yo, o somos todas las partes integrantes, incluso las madres preocupadas y un tanto angustiadas que también contribuyen y hacen su labor en este proceso, donde mi más elevada intención es que los chavales aprendan a desarrollar nuevas habilidades y a pensar de manera diferente para conseguir sus metas.

No existe la falta de motivación. Existe la falta de visión.


Cual fue mi sorpresa, que al día siguiente de nuestra entrevista, me llama otra mamá con la misma petición para su hijo mayor. Se corrió pronto la voz. Hice exactamente lo mismo. Había funcionado la primera vez, había muchas posibilidades de que esta vez también funcionara. Cuando me comentó que su hijo presentaba exactamente el mismo síntoma que D., falta de motivación, hubo algo que me chirrío por dentro y atendí de inmediato. Entonces fui consciente, y así lo expuse a mi futuro cliente y a su madre, que no existe la falta de motivación, que  cuando alguien tiene claro lo que quiere, cuando tiene un sueño y desea febrilmente alcanzarlo, la motivación se genera de una manera totalmente natural y neurológica. 
Estos chavales no presentaban ninguna falta de motivación, simplemente no veían claramente lo que querían conseguir. Y me centré en eso para seguir trabajando con ellos.
Durante la primera sesión se les esclareció esta parte. Cada uno de ellos, en su respectivo proceso, dejó explícitamente claro qué era a lo que se quería dedicar cuando fuera mayor... y sobre todo, lo más importante,  en quién se quería convertir.
Y desde ahí, empezó todo.

Con un Sé lo que quiero todo parece más fácil.

Entonces todo pareció esclarecerse... ellos... y yo, dentro de su cabeza... y dentro de la mía. 
Nos íbamos conociendo y cada una de las partes nos empezábamos a sentir más con ganas respecto a nosotros mismos, respecto al proceso y respecto al otro.
No era "falta de motivación", era falta de recursos para tomar consciencia de qué era lo que querían conseguir, de qué es lo que tenían que hacer y cómo lo debían hacer para conseguirlo. En la segunda sesión cada uno de ellos vino con la cara más sonriente, los rasgos más relajados y más dispuestos a ponerse "manos a la obra". Lo veían más fácil, más accesible y más "real".
Cada uno de ellos empezaba a verse más capaz, y yo también. Cada vez veían con más fuerza que su sueño era posible... y yo también. Ellos iban alucinando con los resultados académicos que empezaban a tener con los primeros exámenes, y yo también. 

Otra vez me hizo pensar que somos sistemas que pertenecen a sistemas más grandes, que a su vez forman parte de sistemas superiores y así... hasta el infinito y más allá. 

Resulta imposible que ellos pudieran aprender sin aprender yo. Que mostraran un cambio de actitud, sino no lo hubiera mostrado yo en el momento en que me dispuse para acompañarlos en su aventura, al tiempo que yo también iba pasando por la mía; que les invitara a salir de su zona de confort sin haber salido yo de la mía, que hay sorpresas agradables... y en este sistema tan curioso (coach- cliente-familia de cliente), todos estamos aprendiendo a superar nuestras propias expectativas. 
Soy muy consciente que el mérito no es mío. El mérito y la labor es de ellos... y que yo sólo les acompañaré en una parte muy pequeña de su camino. Que si ellos no hubieran querido yo no tendría nada que hacer, que ellos están poniendo toda su carne en el asador porque están aprendiendo a apostar por ellos mismos, como yo también hice en mi momento.

No sé como terminará esta historia con estos dos clientes tan especiales para mí. Posiblemente nunca sepa si conseguirán su sueño o se perderán por el camino, ni si a lo largo de los años de aventura que les espera seguirán contando conmigo... Tampoco sé si cambiarán de objetivo, ni si seré testigo de sus triunfos. Lo que sé es que en esta época de su vida (y de la mía), en este proceso yo estoy dejando mi huella en su sistema, en su mente y en sus emociones. Y eso lo veo cada vez que les abro la puerta para recibirles. 


Gracias por leerme.